lunes, 9 de mayo de 2011

Más que puños y golpes… resbalones y empujones.

Pacquiao retiene su título,
Travieso gana en otra división

Mercedes González


El 7 de mayo no se olvida, al menos no le pasará al Travieso Arce, quien vio realizado el sueño de obtener un cuarto título en una división distinta. En tanto que Shane Mosley ahora tuvo una “probadita de su propio chocolate”.
Después de 65 peleas, Jorge Arce pasó a ser historia en el mundo del boxeo mexicano al ser el primero en obtener 4 títulos mundiales en diferente peso: Minimosca, Mosca, Supermosca y ahora Supergallo, pero ¿cómo logró tal hazaña? La respuesta más fácil sería: noqueando a su oponente Vázquez Jr. en el round 12; no obstante, considero que la respuesta más correcta es fuerza de voluntad.
En sus declaraciones Arce decía que quería “demostrar que si se podía, quería callar bocas”. Y así fue, pero más que buena técnica de boxeo, fue la fuerza de voluntad mostrada por el mochitense la que lo mantuvo de pie, mientras que a Vázquez lo orilló a darse por vencido.
Durante más de 60 peleas, el “Travieso” no había tocado la lona hasta que este sábado, en el cuarto round, cuando Vázquez Jr. lo sorprendió con un izquierdazo. El mexicano había sido advertido de este golpe, sin embargo, durante toda la noche mantuvo la guardia baja, por lo que minutos después su nariz no soportó más y sufrió una cortada.
Dicen que “más vale maña que fuerza” y esa fue precisamente la llave maestra del mexicano. Cual forcado de cara que intenta sujetar a un toro, Arce se lanzó sobre el puertorriqueño apoyando su cabeza en el pecho de éste al mismo tiempo que tiraba golpes hacia su rostro.
El porqué optó por esta estrategia, al parecer fue para proteger la cortada, aun así, cual fuera la razón, lo que sí es seguro es que está estrategia cansó a Wilfredo, quien tras resistir el ataque y peso del cuerpo de Arce, careció de fuerza en las piernas, motivo por el cual resbaló en más de una ocasión durante los últimos episodios.
Fue así, como el mochitense preparó el terreno para, en el último round de la noche, dejar caer todos los golpes posibles sobre el rostro de Vázquez, quien no tuvo más opción que alzar la mano y darse por vencido, al caer por nocaut.
Que si el Travieso boxeo espectacularmente, con excelente técnica, a mí parecer no fue así, incluso considero que de no haberse declarado nocaut, las tarjetas hubiesen favorecido al puertorriqueño, quien tenía en el rostro heridas menos graves, lucía menos agitado y dio menos golpes al aire. Pero al igual que en el beisbol y el resto de los deportes, “esto no se acaba, hasta que se acaba” y Jorge “Travieso” Arce venció al puertorriqueño con base en la perseverancia.
Por otra parte… ¿qué decir de la pelea estelar? Mi favorito claro era y es, el filipino Manny Pacquiao, si bien, no lo pongo en un altar, pero hoy en día, dejando fuera a: Mosley, Cotto, Margarito o el hijo de la leyenda: Julio Cesar Chávez Jr., creo que el boxeador que está en posibilidad de arrebatar el título a “Pacman” es sólo Floyd Mayweather. No obstante, mientras no se llegué a un arreglo, el campeón indiscutible será Pacquiao.
Tras 12 rounds, las tarjetas de los jueces estuvieron a favor del filipino: 119-108, 120-108 y 120-107, para retener el título welter de la OMB.
En este encuentro fueron 3 los momentos clave: 2 caídas y un ataque agresivo como consecuencia de un empujón.
El primer momento fue mientras ocurría apenas el tercer round cuando Pacquiao, con un recto de izquierda directo a la quijada, tendió a Shane Mosley en la lona. En ese instante parecía que la función sería mejor de lo que se esperaba, sin embargo, el calor en el cuadrilátero se evaporó. Una vez que Mosley se puso de pie, la formalidad estuvo presente, ya que Manny no atacaba como de costumbre y Mosley a su vez era poco ofensivo: retrocedía, soltaba pocos golpes.
Cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno round transcurrieron como si nada, las celebridades se dedicaban a charlar y a saludar hacia las cámaras, en tanto que “Pacman” y “Sugar” chocaban los guantes cada vez que retomaban el combate.
El decimo episodio pintaba para ser igual a los anteriores hasta que el réferi Kenny Bayless comenzó el conteo para Pacquiao, tras tocar la lona luego de un claro empujón de Mosley.
Esta segunda caída de la noche, ahora por parte del campeón, dio pie al tercer momento: el ataque, respuesta agresiva.
Tres segundos de conteo bastaron para observar y disfrutar nuevamente de una verdadera función boxística. Cual gallo de pelea que le pican la cresta, el filipino dejó la cortesía un lado y se lanzó con todo sobre “Sugar”, quien continuó en las mismas: bloqueando los golpes. El rostro del estadounidense reflejaba que los segundos eran eternos, pero aún así el filipino continuó atacando demostrando porqué es el campeón.
En fin, si he de concluir diría que de acuerdo a lo que durante días se nos estuvo ofreciendo a través de los medios de comunicación, las peleas y los resultados no fueron más allá de mis expectativas.

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