domingo, 17 de enero de 2010
CRÓNICA DE PLAYOFFS
Olfatean “Venados” su sexta final seguida
José Manuel García
Mazatlán ya cumplió con la misión de traerse un juego y hoy podrían empezar a hacer el orden al bate para medirse en la gran final a los Naranjeros de Hermosillo.
Walter Silva hizo caso omiso a las estadísticas al tirar gran pelota y Rubén Rivera se reencontró con el jonrón, en el triunfo de Venados 5-2 sobre Yaquis de Ciudad Obregón.
Los rojos sólo necesitan una victoria para ir a su sexta final consecutiva, lo que sería un récord en la Liga Mexicana del Pacífico. Los Naranjeros de Hermosillo ya son finalistas, luego de eliminar en cuatro encuentros a Tomateros de Culiacán.
La encomienda de llevar a los porteños a la final la tendrá el zurdo Jaciel Acosta (2-0), quien tendrá como rival a Luis Alonso Mendoza (0-2).
Silva (1-1) llegó a esta salida como el único abridor de los actuales campeones que había desentonado en esta postemporada. De hecho, en toda la temporada sus números fueron negativos.
Pero el mazatleco, a pesar de ceder un jonrón a Carlos Valencia en la segunda entrada, tiró un juegazo durante siete completas, con dos imparables, una carrera, dos bases y ocho chocolates. Sergio Valenzuela sacó dos tercios y Randy Williams el resto, con una carrera, pero logró el salvamento.
Mazatlán pegó primero, en su primer turno, cuando con bases llenas, Rivera recibió base y produjo de caballito ante el derrotado Marco Quevedo (1-1).
Un error de Michael Martínez abrió la puerta para que los rojos se pusieran 2-0 en la segunda, con remolcada de Édgar González, con una bola ocupada.
Valencia acercó a la tribu en el cierre, pero en la sexta los mazatlecos amarraron el juego con racimo de tres.
Con uno fuera, Rivera dio su primer cuadrangular desde el 25 de noviembre y fue un bombazo salvaje por todo el prado izquierdo.
Explotó Quevedo y entró el Roblero Sergio Lizárraga, quien rápido fue saludado por doblete de Miguel Ojeda.
Reid Brignac dio hit dentro del cuadro, pero Héber Gómez se ponchó. Entonces, Christian Quintero ejecutó a la perfección un squezzeplay, con el que timbró Ojeda. Jon Webber remolcó la quinta con sencillo.
Víctor Díaz produjo la segunda para Obregón en la novena, pero ya era demasiado tarde.
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